En este artículo, al igual que en los cuatro primeros de esta serie, usted encontrará algunas nuevas ideas o cambios de paradigma, que son algo contradictorios o casi opuestos a lo que piensa la mayoría de las personas, lo que analizaremos con mayor profundidad. También veremos algunas formas prácticas y extremadamente económicas (gratuitas) para reducir las lesiones graves en un 50% o más.
Hola, y bienvenido nuevamente. En el último artículo examinamos las lesiones graves, los factores contribuyentes, y con qué frecuencia la mente no en la tarea y los ojos no en la tarea estuvieron involucrados, o por lo menos con qué frecuencia ambos estaban involucrados en las lesiones graves que ya hemos sufrido (casi todos los casos). Y si eso le sirve de consuelo, se han formulado las mismas preguntas a más de un millón de personas en 66 países, así que usted no está solo. Los mismos dos errores críticos que contribuyeron a sus lesiones graves, también contribuyeron a las de ellos (y a las mías).
En este artículo, al igual que en los cuatro primeros de esta serie, usted encontrará algunas nuevas ideas o cambios de paradigma, que son algo contradictorios o casi opuestos a lo que piensa la mayoría de las personas, lo que analizaremos con mayor profundidad. También veremos algunas formas prácticas y extremadamente económicas (gratuitas) para reducir las lesiones graves en un 50% o más. Pero por ahora, volvamos al último artículo y a la importancia de estos dos primeros errores críticos, los ojos y la mente no en la tarea.
Lo que descubrimos fue que, para casi todos nosotros, – si excluimos los deportes – los ojos no en la tarea y la mente no en la tarea estuvieron implicados en un porcentaje muy alto de nuestras lesiones graves, ya sea en el trabajo, en el hogar, en la comunidad o en la carretera. Lo interesante de estos dos errores críticos es que están estrechamente relacionados y no estamos deliberadamente, queriendo cometer alguno de ellos, de hecho, no estamos tratando de no ver o no pensar en un peligro cuando nos enfrentamos a él, simplemente la distracción nos llevó a contactar el peligro y a materializarse en una lesión. Si por lo menos nosotros notáramos que un peligro viene hacia nosotros, tendríamos a nuestro favor los reflejos, para así alejarnos de dicho peligro y esto sería suficiente para evitar el impacto directo, un choque o una caída.
Esto no quiere decir que estos dos errores críticos por si mismos causen todas las lesiones graves y las fatalidades. Siempre hay al menos dos (o más) factores contribuyentes. Pero muy a menudo, estos otros factores, como el tipo de la energía peligrosa (eléctrica, mecánica o térmica) y la cantidad o el tipo de protección, varían considerablemente a medida que la consecuencia vaya desde una quemadura, una caída hasta un accidente automovilístico. Mientras que los dos primeros errores críticos, los ojos y la mente no en la tarea – sucediendo simultáneamente – están involucrados en casi todos. Y como la mente no en la tarea suele aparecer a medida que usted se vuelve más hábil con la actividad, hay mucho más “beneficio potencial” o eficiencia en conseguir que las personas hagan un esfuerzo adicional para mejorar sus hábitos relacionados con la seguridad: como, por ejemplo, mover primero sus ojos antes de moverse, buscar alguna potencial línea de fuego antes de moverse, buscar cosas que podrían causar la pérdida del equilibrio, tracción o agarre, etc.
VENTAJA FAVORABLE:
En muchos casos, una mirada rápida o de reojo, pudo ser la diferencia. A diario en los periódicos locales o en las noticias, leemos y vemos tragedias relacionadas con alguien que no vio un tren o un vehículo al cruzar la calle y es impactado. Entonces, los ojos en la tarea son muy importantes – y todos nosotros sabemos que sí lo es – de hecho, lo comprobamos una y otra vez, siempre que nos chocamos con algo, nos golpeamos la espinilla o nuestro dedo pequeño del pie. Todos lo sabemos y hemos experimentado dolor propio por no observar por donde nos movemos y sin embargo muy pocos adultos – a menos que estén informados, entrenados y motivados – están haciendo algún esfuerzo para mejorar sus hábitos y habilidades con los ojos en la tarea.
Piense en los adultos que conoce: ¿alguno de ellos habla sobre mejorar sus hábitos relacionados con el enfoque visual? ¿Se dan cuenta de lo importante que es? ¿Están haciendo algo al respecto para evitar cometer estos dos errores críticos al mismo tiempo? ¿O creen que ya son lo suficientemente seguros? ¿Alguna vez le han pedido algún consejo sobre seguridad? Es gracioso: aunque todos mis amigos y familiares saben que soy un experto en seguridad, jamás me han pedido ningún consejo… hummm.
Bien, quizás no todos piensen que ya son lo suficientemente seguros, pero la mayoría de los adultos, sí lo piensa y por una buena razón: todos nosotros nos lesionábamos mucho cuando éramos niños y jóvenes, en términos de cortes accidentales, moretones, golpes y rasguños. No todos ellos requirieron primeros auxilios, como una curita o bendita. Algunos requirieron menos que eso y algunos más, como puntos o sutura.
Si va a una farmacia, verá que se venden “paquetes familiares” de curitas o benditas y luego hay paquetes más pequeños que contienen solo de 3 a 5 unidades. Estos paquetes más pequeños no están etiquetados como paquetes familiares. La razón por la cual el paquete familiar es mucho más grande, es que la mayoría de los niños pequeños se lastima o experimenta dolor por una lesión accidental de 15 a 25 veces a la semana, generalmente con 5 a 10 episodios que “dejaron huella” (corte, moretón, rasguño, quemadura), por lo que usted necesita muchas curitas o benditas. Mientras que la mayoría de los adultos lo experimentará solo una o dos veces a la semana, con una o quizás dos lesiones al mes que dejaron huella. Algunos adultos pueden incluso quedarse dos meses sin un corte visible, moretón, quemaduras o rasguños, pero es poco probable.
Visto de otra forma, ¿cuál ha sido el período de tiempo más largo que ha logrado permanecer sin cortes, moretones o rasguños? Probablemente no sea un año entero, pero, aunque usted lo logre por un largo período de tiempo y tenga algo como una o tres lesiones al mes, la cuestión es que ya no es un número alto. Hemos pasado de sufrir aproximadamente 20 cortes, moretones y rasguños a la semana, a unos 20 por año. ¡Esto es una mejora de un 5.000%! (¡Imagínese esa mejora en su sueldo!). Por esta razón no es extraño que la mayoría de los adultos cree que ya son lo suficientemente seguros. Y si usted cree que ya es lo suficientemente seguro, tiene sentido que no esté necesariamente tan motivado a punto de hacer un esfuerzo adicional o cualquieresfuerzo para mejorar sus hábitos y habilidades con los ojos en la tarea. Pero tuvimos una mejora de un 5.000%. ¿Cómo eso ha sucedido y por qué se detuvo? Lo que sí sabemos es que se detuvo. Los Adultos – por regla general – no hacen ningún esfuerzo para mejorar sus hábitos y habilidades de seguridad personal. Pero eso no significa que no sea importante desarrollar esas habilidades.
Imagínese qué sucedería si cada vez que se moviera sin mirar primero, se chocara con algo. Aunque no le doliera, ¿cuánto tiempo cree que tardaría hasta que empezara a mirar cada vez? Probablemente ni siquiera los 21 a 28 días que dicen que se necesita para desarrollar un nuevo hábito. Si le agregara un poco de dolor, como por ejemplo recibir una descarga eléctrica cada vez, eso probablemente sucedería mucho más rápido, que en el tradicional período de 21 a 28 días. Pero nosotros no nos chocamos con algo o alguien cada vez. Entonces, empezamos a mejorar rápidamente cuando somos jóvenes, y a medida que mejoramos, la frecuencia de los problemas disminuye, el dolor es, por lo tanto, menos frecuente y finalmente, todos encontramos nuestro propio equilibrio. Y después de eso, en términos de habilidades y hábitos de seguridad personal, la mayoría de las personas dejan de progresar. Pero el concepto de equilibrio no se detiene con el error humano o con los errores críticos como los ojos no en la tarea.
EQUILIBRIO/SUFICIENTEMENTE SEGURO:
El concepto de equilibrio también repercute en la a toma de decisiones: si creemos que vamos demasiado despacio, pisamos el acelerador y si creemos que vamos demasiado rápido, frenamos y eventualmente, todo el mundo que conduce más rápido que nosotros es un imbécil, y los que conducen más despacio son torpes. Y después de eso, al igual que sucede con los errores, el cuestionamiento del juicio y por ende la mejora en el juicio se detiene, lo que agrava o refuerza la perspectiva de que “ya soy lo suficientemente seguro”.
Entonces, todo tiene sentido en términos de por qué no estamos mejorando con la experiencia, pero no es así como la mayoría de la gente piensa. Y éste es un cambio de paradigma enorme, de alguna manera doloroso o al menos decepcionante.
Imagine que está en una cena familiar. El yerno está argumentando: “Bueno, yo debería saberlo, pues conduzco desde hace 12 años…” al que su suegro contesta, “sí, bueno, ¡yo he estado conduciendo durante 36 años!” – Como si, por alguna razón eso lo tornara mejor o más seguro-. Pero parte de este cambio de paradigma es que percibimos que el riesgo de conducir va disminuyendo en los primeros años a medida que nos tornamos más habilidosos. (Ver la Figura 1).
Es simplemente natural que pensemos que el riesgo siga disminuyendo a medida que ganamos más experiencia, y es por eso que el suegro cree que sus 24 años adicionales le hacen mejor/ más seguro. Cuando en realidad, el riesgo de que los dos errores críticos ocurran al mismo tiempo, está aumentando. Y la razón por la que esto es algo doloroso o decepcionante, es que la mayoría de las personas (la mayoría de nosotros) cree o quisiera pensar que nuestra experiencia es una ventaja. En balance de hecho lo es y en términos generales en muchos aspectos. Pero desafortunadamente, desde el punto de vista de la neurociencia (sistema de activación reticular) la experiencia puede hacer que la acción de mantener sus ojos en la tarea y su mente en la tarea sea muy, muy difícil – especialmente en entornos que son familiares para la persona.
Apenas usted logra hacer una actividad o tarea de la forma adecuada o, dicho de otra forma, cuando la habilidad o el miedo ya no sean una preocupación, su mente puede divagar. Lo que probablemente sea lo más interesante o impactante de esto, es que sucede sin nuestro permiso. No es como si conscientemente, luego de conducir durante dos años dijéramos: “Ya lo domino, ahora puedo empezar a pensar en otra cosa además de conducir…” ¡Simplemente sucede! Sin nuestro permiso o cualquier pensamiento consciente, simplemente empezamos a conducir en piloto automático. Esto significa que usted no puede impedir que la complacencia o exceso de confianza, lleve a la mente no en la tarea. No es una deficiencia de carácter. Nada puede de hecho impedir que suceda en primer lugar. Es simplemente la forma como estamos “programados”. La buena noticia es que hay maneras muy eficientes de hacer que su mente vuelva a la tarea.
Desafortunadamente, cuanto más experimentado usted es, más probable será que su mente divague. Como ya he mencionado, usted no puede impedir que eso suceda. Pero todos podemos trabajar para mejorar nuestros hábitos relacionados con los ojos en la tarea, con poco esfuerzo y sin tener que gastar dinero, de modo que nuestro comportamiento automático o habitual ayude a compensarlo – como, por ejemplo, mantener una distancia de frenado segura al conducir. Entonces, aunque su mente no esté en la tarea y usted empiece a conducir en piloto automático, su subconsciente mantendrá esa misma distancia de frenado segura para usted.
CONCLUSIÓN:
El principal cambio de paradigma en este artículo es que todos nosotros eventualmente “concluimos” que “ya somos lo suficientemente seguros”, y que, (irónicamente) desde el punto de vista de la neurociencia, es precisamente en el exacto momento en el que el riesgo de cometer un error por la mente no en la tarea y por los ojos no en la tarea, al mismo tiempo empieza a aumentar el riesgo de lesionarnos. Y para empeorar las cosas, la mayoría de las personas piensa que el riesgo continúa disminuyendo a medida que ganan aún más experiencia, cuando en realidad, continúa aumentando. Y a menos que sea compensado con algún esfuerzo adicional para mejorar los ojos en la tarea, eso significa que el riesgo general de lesiones graves y/o fatalidades aumenta, – lo que hemos comprobado en la industria y en la carretera durante años y años-. Sabemos que los trabajadores con mucha experiencia o conductores muy experimentados son la segunda categoría o grupo de riesgo más alto (Figura 2).
La razón por la que los trabajadores o conductores jóvenes, sin capacitación e inexperimentados se lastiman es fácilmente comprendida por la mayoría de las personas. Pero por qué los trabajadores experimentados o expertos se lastiman gravemente y con frecuencia fallecen, siempre ha sido un misterio o al menos muy difícil de explicar a través de las herramientas convencionales de evaluación de riesgos. Esperamos que este cambio de paradigma arroje algo de luz sobre el tema. Y lo más importante, usted también sabe qué hacer al respecto: hacer que mejoren sus hábitos relacionados con la seguridad, específicamente con los ojos en la tarea. Esto será de gran ayuda. Esto no es todo. Como ya he mencionado, hay un total de cuatro Técnicas de Reducción de Errores Críticos (TREC). Pero eso es suficiente por ahora. Veremos otras técnicas como la “concentración” en futuros artículos.
Descargue gratis el artículo #5 de Cambio de Paradigmas – Equilibrio: La Progresión y Eventual Terminación de los Juicios de Seguridad y del Desarrollo de Habilidades – en PDF!