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SafeStart, Más allá de la Seguridad

Podría haber sido un viaje de negocios común y corriente, uno más de los muchos que hicimos por todo el mundo antes de que estallara la pandemia. De hecho, iba a ser la primera vez que el equipo de SafeStart International se reuniera desde entonces.

Llegamos al aeropuerto de Pereira (Colombia) a las 10:45 p.m. y nos quedaban otras dos horas en coche para llegar a nuestro hotel en Manizales, donde hablaríamos en las instalaciones de uno de nuestros clientes globales. Teníamos una semana ajetreada: nueve ciudades de dos países distintos en diez días.

Allí estaba yo, sentado (o más bien acostado) en la parte trasera del coche, escuchando las presentaciones que habíamos hecho esa semana, cuando de repente oí el sonido de sirenas en la carretera. Un momento después, vi a los paramédicos cubriendo un cuerpo tendido en el suelo. Un accidente de moto había matado a alguien, minutos antes de que pasáramos por el lugar. No pude evitar pensar en la familia o el ser querido que probablemente estaba esperando a que esa persona llegara a casa, quizá después del trabajo, como todos los días. Ahora recibirán una llamada telefónica para decirles que su ser querido no volvería a casa.

Y entonces me vino a la mente mi propia familia. Enfrentarse a la muerte nunca es fácil. ¿Qué podría haber hecho la víctima del accidente para evitarlo? ¿Concentrarse en los estados? Posiblemente. Me pregunté si esa persona seguiría viva si hubiera conocido a SafeStart. Posiblemente. Lo mire por donde lo mire, fue desgarrador.

A primera hora de la mañana siguiente, apenas habíamos llegado a tiempo al lugar de la reunión, así que había que estar atentos, dar lo mejor de nosotros mismos para trabajar y hacer el mejor trabajo posible. Larry hizo su característica presentación poderosa, con profundas resonancias. Yo traducía lo mejor que podía, intentando incorporar sus emociones a mi propio discurso. Todo fue bien. Mientras nos reuníamos después de la presentación, una mujer se me acercó para pedirme que le tradujera algo a Larry. Su frase inicial fue…

“SafeStart me salvó la vida”.

¡Menuda introducción! Aquí está la inspiradora historia de Marinela, en sus propias palabras.

Lucas Martinucci.


A principios de 2019, por razones personales, me separé. Tenía una relación de 10 años que consideraba perfecta, pero el año anterior al divorcio pasaron diversas cosas que me hicieron mucho daño. Me sentía a la deriva. De repente me quedé sin trabajo y tuve que volver a casa de mis padres.

Estaba perdida, en un momento muy difícil.

Dos meses después, las cosas empezaron a mejorar. Al menos eso creía. Por fin, conseguí trabajo en Etex, en Manizales, Colombia. Sentía que era un nuevo inicio para mí. Estaba muy contenta, era una oportunidad para levantarme, para que todo diera un giro y por fin pudiera avanzar en la vida. Sin embargo, el dolor persistía y yo seguía permitiendo que mi ex pareja me hiciera daño. Y entonces descubrí algo que no esperaba.

En Etex, empezamos con la primera unidad de SafeStart, que me pareció divertida e interesante.

Sin embargo, fue justo cuando empezamos con la Unidad 2 algo paso. Leyendo el libro en casa, empecé a llorar.

¡Todo lo que había allí estaba relacionado con lo que me sucedía! El patrón de riesgo de estado hacia el error me mostró que corría un riesgo mayor, que era complaciente, que estaba negociando y apostando conmigo misma, diciéndome que era posible cambiar la relación. Pero el resultado fue que solo encontraba la manera de justificar todas sus acciones en mi contra.

Estaba cansada del sufrimiento y me precipitaba a tomar malas decisiones que me harían aún más daño. Esto me impedía darme cuenta de lo que me estaban haciendo. Por ende, siempre me ponía en la línea de fuego, permitiendo que me lastimara, y el daño crecía cada vez más. La verdad es que me sentía loca.

¿Cómo algo de seguridad podría estar influyendo en un tema emocional?

No lo comenté con nadie, pero empecé a poner en práctica las dos primeras Técnicas de Reducción de Errores Críticos en mi vida. Me concentré en los estados y trabajé en mis hábitos. Eliminé a esa persona de mi vida y empecé a cuidar mejor de mí misma, siendo yo lo más importante.

Así fue como pude salir de esta situación tan compleja.

Hoy puedo decir que soy una persona que no permite que nada ni nadie me pueda hacer daño. Soy lo más importante y nadie que me dañe podrá estar cerca de mí.

Gracias, SafeStart, por llegar en el momento preciso. Gracias, Larry, por ser el creador de tan excelente programa.

Me salvaste la vida. Tuve momentos en los que tuve pensamientos muy negativos. Durante mi formación como entrenadora SafeStart, le conté mi historia al instructor, y me dijo que, si alguna vez tenía la oportunidad de cruzarme con Larry, le compartiría mi historia, ya que era muy valiosa.

Y al final, la oportunidad llegó el 6 de diciembre de 2022. Una nota final: aparte del instructor, nadie en Etex conocía mi historia. Pero, por cosas de la vida, justo el libro que me dieron para que Larry lo firmara fue el de la Unidad 2: la que me había mostrado que efectivamente había luz al final del túnel.

Marinela Cardona Salazar.


Lo curioso de las coincidencias. No se sabe realmente por qué suceden. Pero ese día, en las montañas de Colombia, cuando estaba haciendo la presentación para el grupo de liderazgo sobre “Evalúe su Estado”, incluí la pregunta: “¿Cómo te encuentras, emocionalmente, en una escala del 0 al 10, después de preguntar sobre cuánta prisa, frustración, fatiga y complacencia has tenido que afrontar hoy hasta ahora?” Concluí diciendo que en el Reino Unido mueren más trabajadores de la construcción por suicidio que por lesiones accidentales, pero a menudo nadie sabía que la persona tenía problemas.

Así que preguntar cómo está emocionalmente y darle una forma fácil de responder en caso de que las cosas no vayan bien (en una escala de 0 a 10) puede ser de gran ayuda para que esa persona reciba ayuda. Ahora bien, por qué a veces añado cosas que no he dicho antes en una presentación cuando necesito un traductor es un poco un misterio, especialmente para el traductor, que nunca me ha oído decir esto o algo parecido antes. Pero por alguna razón, aunque llevaba unas semanas pensando en ello, ese día lo añadí.

Al final de la presentación, una señora le pregunta algo a Lucas. Él me lo traduce: “Esta señora quiere darle las gracias a usted y a SafeStart por salvarle la vida”. Esperaba oír una historia sobre la conducción. La más común es cuando se detuvieron en un semáforo en rojo. Y cómo, antes de SafeStart, antes que el semáforo cambiara para verde, pasaban sin mirar, pero cuando miraron esta vez, venía un camión grande.

Sin embargo, no fue eso lo que dijo. Solo nos dijo que había pasado por un divorcio muy difícil y que se había concentrado en los estados, y que eso le había salvado la vida.

No nos dijo a Lucas y a mí lo que planeaba… y no le preguntamos. Pero cuando me abrazó después de contarme su historia, no me soltó. Podía sentir su cuerpo agitado, y luego empezó a sollozar. Las lágrimas empezaron a correr por su cara y luego por la mía. El gerente de operaciones miró a Lucas como diciendo “¿Qué está pasando?”.

Lucas explicó rápidamente la situación. Lo único que dijo el gerente fue: “No tenía ni idea… Nunca lo supe”. Así que sí, podría haber sido solo una coincidencia. Sin embargo, a veces las cosas suceden por alguna razón.

La realidad es que nunca lo sabremos. Pero, de todos modos, voy a añadir la pregunta “¿Cómo estás?” al proceso de evaluación “Evalúe su Estado”.

Larry Wilson.

 

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