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Volviendo a Lo Básico

Las 6 preguntas claves para delimitar su estrategia preventiva de seguridad
Por Nelson Gutiérrez Bogotá

En ocasiones nos enfrentamos a grandes desafíos y retos laborales en los Departamentos de HSE o prevención de riesgos, para resolver una serie de problemas que hacen que los indicadores de gestión se tornen preocupantes. Al llevar a cabo los análisis de causalidad de los incidentes, encontramos causas recurrentes como son la falla en los equipos, la falta de supervisión, la carencia de un procedimiento o los denominados actos inseguros, entre otros, que se materializan en lesiones, daños a la propiedad, planta, equipo o daños ambientales. Y esta situación se presenta una y otra vez, haciendo que la frustración se apodere de nuestro ser al hacernos la pregunta… “¿Qué más debo hacer para evitar esto?”.

Pues por décadas muchos colegas y líderes nos hemos hecho esta pregunta, pero quizás se nos ha olvidado, formular otras preguntas más básicas para entender la raíz del problema y poder atender efectivamente las soluciones propuestas. Estas preguntas por ser tan básicas, se nos olvidan o las damos por hecho, haciendo que lo realmente importante se torne obvio o trivial. Mi objetivo con este artículo, es presentarles esas preguntas, para que las tengan en mente y se las formulen una y otra vez durante sus jornadas laborales. Cuando encuentren las respuestas a dichas preguntas, quizás puedan trazar con mayor claridad, las estrategias preventivas que tanto requiere la cultura de seguridad de su Organización.

1. ¿Para mí, la seguridad es un valor personal o un trabajo por el cual me pagan?

Volviendo a lo básico, como he titulado este artículo, se refiere a esto. A veces criticamos al sistema y a los demás y no nos hemos tomado el tiempo para autoevaluarnos. ¿Seré YO, parte del problema o parte de la solución? Cuando uno siente y vive la seguridad como un simple trabajo, la actitud y conductas lo demuestran. Con esa perspectiva nunca y hago énfasis en la palabra NUNCA, lograremos influenciar a las personas, mucho menos dar el ejemplo. Veo con preocupación que un número importante de colegas, no sienten o demuestran pasión por lo que hacen, han caído en la tediosa rutina de llenar documentos, cumplir requerimientos, hacer charlas por cumplir con el estándar, observaciones como un formalismo más, son complacientes con ciertas tareas y se sumergen en la burocracia del día a día. ¿Esto realmente agrega valor preventivo? No los culpo y no me malinterpreten, simplemente cuando uno siente pasión por lo que hace y tiene claro el norte (propender por ayudar a resguardar la integridad del ser humano), encuentra el motivador necesario para invertir más tiempo en labores preventivas que reactivas y hacer más presencia en campo, que estar en la oficina frente al computador. Sé que es un trabajo duro, agotador y en ocasiones nos sentimos que es desagradecido; (lo he vivido), pero si todos los días sentimos que es una misión de vida, más que un trabajo por el que recibimos remuneración, tendremos la satisfacción del deber cumplido y esa pasión de la que hablo reflejará la energía necesaria para construir rapport y lazos de confianza con las personas. Justo allí, ellos abrirán el espacio a la comunicación para poder iniciar los procesos de socialización y concientización enfocada a la seguridad. Utilizando la analogía de la mercadotecnia… “Si no crees en el producto que vas a vender, te quedará muy difícil venderlo”.

2. ¿Estoy más preocupado por controlar la seguridad de las personas, que en influenciar a las personas para que se comporten de manera segura?

Hay una gran diferencia entre controlar e influenciar; en el tema que nos atañe (la seguridad) el control es bueno, pero tiene sus limitaciones. En términos en los cuales le aprendí a mi abuela y padres… “Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta”. En esta sencilla frase del argot popular, podemos evidenciar dicha limitación. Recuerdo cuando trabajé en mis primeros años como ingeniero, en actividades petroleras controlando a la gente. Sí, controlando que usaran el EPP, controlando que siguieran el procedimiento, llenaran el AST, diligenciaran el permiso de trabajo, etc. Siempre allí con mi atuendo distintivo de HSE que producía cierto escozor o molestia justo cuando entraba a un área. Hasta un apodo me pusieron en aquel entonces, ese apodo que me resisto a reproducir en estas líneas, pero sé que quizás usted ya sabe cuál es. Una vez daba la espalda o me ausentaba del área, las personas hacían lo que su libre albedrío les dictaba y normalmente era totalmente contrario a lo que yo les había dicho en un tono un tanto policial. Después de muchas de estas situaciones me di cuenta que controlar no es suficiente, Pues el enfoque tradicional de la Seguridad, Higiene y Salud Ocupacional (SHSO) que lleva décadas de aplicación, ha demostrado que los procedimientos y la ingeniería no son todo lo que se requiere para influenciar la seguridad en las personas y su respectiva cultura. Razón por la cual para complementar dicho enfoque tradicional, ha cobrado relevancia volcarse hacia el SER humano, el Factor Humano. Claro amigos, un ser humano que su comportamiento/conducta es influenciado por múltiples factores tales como la Prisa, la Fatiga, La Frustración y la Complacencia o Exceso de Confianza entre otros. Estos estados influencian la toma de decisiones frente al uso de los procedimientos y al uso de las herramientas y equipos. Es por ello que debemos enfocarnos en influenciar el comportamiento seguro, para que cuando el supervisor o el experto de seguridad, no estén allí, las personas tomen buenas decisiones poniendo como premisa su seguridad y la del equipo de trabajo.

3. ¿La seguridad y la salud ocupacional son un valor en papel o un valor en las personas?

Recuerdo que mi papá tiene una expresión para esto… “El papel aguanta todo”. Es verdad, cuando realizaba hace algunos años auditorias de sistemas de gestión, me daba cuenta de esto. Ese papel hermosamente enmarcado, luego de ser firmado por el representante de la dirección, gerente, presidente o CEO de la organización donde se muestran los valores corporativos. Al lado igualmente enmarcado se encuentra la política de EHS muy bien redactada e igualmente firmada. ¿Lo que dice allí, realmente se vive, siente, cumple y respeta en la práctica real?

No quiero que piensen que estoy criticando a las organizaciones y sólo expongo ejemplos negativos. Todo lo contrario, también he vivido ejemplos muy maravillosos y este es uno de ellos

Fui invitado a una empresa del sector de plásticos/ polímeros a realizar una visita de seguimiento y pude experimentar como la seguridad es un valor personal y organizacional. Desde el gerente de planta hasta el trabajador de la línea de inyección, están muy preocupados por la integridad de sus compañeros. Se percibe una confianza y camaradería envidiables que reflejan un verdadero trabajo en equipo, sentido de pertenencia y orgullo organizacional. En los desayunos de trabajo previos al inicio de actividades, abordan las situaciones y potenciales desafíos de seguridad, operaciones, mantenimiento etc., de una forma amable y enfocada en el logro del objetivo, con respeto por los demás. Tienen el empoderamiento para detener una actividad de alto riesgo, si determinan que todas las variables no están controladas, sabiendo que la seguridad es igualmente importante que la moral, producción, los costos y demás valores corporativos. Allí entendí por qué realmente es una empresa catalogada como “Best Place to Work”. Allí la seguridad no se negocia por ninguna circunstancia.

4. ¿Lo más importante son los números o las personas?

Con esta pregunta quiero invitarlos a la reflexión. Muy frecuentemente me he encontrado frente al escenario en el cual se reúnen todos los líderes o gerentes en las reuniones de staff, preguntándole al líder de EHS, “¿Qué pasa que los indicadores no mejoran?”. Y no puedo evitar tener sentimientos encontrados, no sé si sonreír un poco o frustrarme al sentir simpatía por lo que está viviendo mi colega. Insisto, quiero remitirme a lo básico; los ingenieros y gerentes, estamos demasiado acostumbrados a medirlo todo y eso obedece a una sencilla razón, ya que en la universidad nos dijeron a rajatabla… “Lo que no es medible, no es gestionable”. No los culpo, yo también soy ingeniero y también estaba enfocado netamente en los números. Pero se nos ha olvidado que para llegar a los números, detrás de ellos hay acciones realizadas por personas, personas que tienen comportamientos, los cuales son influenciados por sus valores, creencias y el contexto social en el cual desempeñan sus actividades. Siendo objetivos, el comportamiento humano NO se puede medir bajo la métrica tradicional a la que estamos acostumbrados. Recordemos que para lograr una fuerte cultura de seguridad, debemos enfocarnos más allá de la base de la pirámide (Bird – Hendrich), donde los indicadores reactivos (Lagging Indicators: IFN, IFB, LTI’s, IFR, SR, LTFR, etc.), como su nombre lo dice, nos dan un panorama de lo que ya sucedió. Por qué mejor no nos preguntamos o le preguntamos a esos gerentes, ¿Cuáles son sus indicadores proactivos? (Leading Indicators). ¿Qué están haciendo en la organización para prevenir lesiones y pérdidas a diario? Y eso involucra directamente al liderazgo ya que los cimientos de cualquier cultura organizacional es el compromiso visible por parte de dicho liderazgo. Allí es donde se me presenta la dicotomía respecto a sonreír o frustrarme. Risa porque con cierto halo de sarcasmo me digo a mi mismo; ellos aún no tienen claro el panorama, y frustración, porque siento que exigen resultados como si fuera sólo responsabilidad del departamento de EHS y le demandan acciones, cuando las acciones deben venir de ellos mismos, dando el ejemplo. Allí están los indicadores proactivos; ¿qué estoy haciendo yo como líder para mejorar el desempeño en seguridad de mis colaboradores? Si yo como líder de equipo, allá en la operación, estoy más preocupado por dar números de producción y KPI’s sin importarnos las personas, ¿cómo vas a exigir un buen desempeño en seguridad?, Si estimulas que se omitan o no sigan procedimientos para cumplir un objetivo, (Complacencia) si los presionas, (generando Prisa y Frustración) doblas de turno (Fatiga) y los desmotivas (más Frustración), lo que estás logrando es aumentar la probabilidad de que ellos cometan errores (Ojos no en la Tarea, Mente no en la Tarea, moverse hacia o entrar a la Línea de Fuego y Perder el Equilibrio, Tracción o Agarre) y esos errores pueden llevar a materializarse en lesiones. Entonces el líder está generando factores contrarios a la prevención. ¿Ahora si entienden mi frustración amigos? Volviendo a lo expresado en la pregunta 1, -¿Soy parte del problema o parte de la Solución? Y este punto lo profundizaré en otro artículo que llamaré “Rompiendo el Paradigma del Ingeniero”

5. ¿El sistema de gestión está diseñado para los usuarios o para los auditores?

Esta pregunta me apasiona, ya que mis inicios profesionales fueron implementando las Normas ISO 9001, ISO 14001 y OHSAS 18001 por allá en las postrimerías de la década de los 90’s y principios del 2000. Recuerdo cuanto tiempo, recursos de todo tipo, sudor y por qué no, lágrimas, demanda la implementación de sistemas de gestión, cuantos documentos, procedimientos, instructivos, mapas de procesos, formatos, registros, etc., se tienen que generar y controlar, sumados a las capacitaciones, socializaciones y auditorías internas que hay que cumplir como requisito para no solo certificar, sino para mantener el sistema.

Se ha evolucionado mucho al respecto desde ese entonces a hoy en día; pero noto con preocupación; y Dios sabe que he recabado buena información al respecto no sólo en mis consultorías, también en las invitaciones a foros internacionales como expositor; que algunas organizaciones debidamente certificadas por los entes respectivos, aún experimentan índices de incidentes y lesiones muy altos.

Cuando observo esas estadísticas y las analizo, comparo esa información con los programas preventivos que hacen parte del sistema de gestión y me llevo una sorpresa muy interesante. Al hacer las preguntas básicas a los colaboradores sobre el uso, conocimiento, comprensión y cumplimiento de estándares o procedimientos, me encuentro con que el sistema de gestión está diseñado para ser mostrado al auditor y no está diseñado para las personas que realmente lo necesitan, que son los trabajadores, los verdaderos expertos del área, de la máquina y del proceso, ya que se conocen al milímetro la actividad pues la viven cotidianamente. Para ponerlos en perspectiva pondré tres (3) ejemplos: – En ciertas empresas, se informan los procedimientos; ya que para mí esto no es comunicación, siendo un tanto ingenuos en pensar que al entregarle una carpeta con procedimientos, las personas los van a leer y seguir a ultranza, teniendo en cuenta que la lectura no es uno de nuestros mejores hábitos en latinoamérica
– Procedimientos de mantenimiento de equipos o herramientas en lenguaje altamente técnico o en otro idioma. Esto lo evidencié en una empresa Minera donde todos los manuales de mantenimiento estaban en inglés y las personas no sabían ni siquiera decir “Hello”. ¿Cómo garantizan que las personas los entienden, conocen o siguen?
– En una empresa del sector de Oil & Gas, evidencié que los AST/JSA (Análisis de Seguridad en el Trabajo, como allí los denominan), son llenados como un simple formalismo, donde las columna de acciones preventivas, es una copia fiel (copy-paste) en cada una de las actividades. Adicionalmente, los permisos de trabajo son llenados en el escritorio, abiertos pero no cerrados, sólo por nombrar algunas falencias.

Cuando analizo estos ejemplos, no puedo evitar pensar en la pregunta que les planteo. Si esto lo reforzamos con el hecho de que los procedimientos son diseñados únicamente por el personal técnico y de calidad, sin la participación de los técnicos, operarios y personal EHS, no son sometidos a validación o prueba y no se comunican o socializan efectivamente, los resultados son más que evidentes (complacencia en el sistema de gestión).

Lo interesante detrás de esto es que cuando viene la auditoría, todo está dispuesto para el auditor. Como nos pasa en nuestros hogares, cuando sabemos que viene visita a la casa, la ponemos como una tacita de plata, sacamos la vajilla más fina, la cristalería y cocinamos una cena especial, para que se lleven la mejor impresión de nosotros.

Se me viene otra pregunta a la mente en este momento: ¿Cuánto tiempo invertimos en preparar auditorías, comparado con el tiempo invertido en verdadera prevención?

6. ¿Soy la única golondrina que pretende hacer verano?

Esta expresión la he escuchado desde niño y finalmente entendí lo que significaba cuando empecé mi rol de líder de la seguridad. Si soy la única persona que realmente hace esfuerzos conscientes por mejorar el desempeño en seguridad de la empresa, es muy complicado encontrar resultados importantes.

Aquí es donde debemos aflorar al máximo nuestras dotes de evangelización (si me permiten el término), pasión y entrega, para empezar a sumar paulatinamente adeptos en la misión.

Sí amigos, MISIÓN. Pues este camino es toda una misión de vida. Sólo, nunca lo lograras, debes rodearte de las personas adecuadas, los seguidores en la misión, que están dispuestos a recorrer el camino contigo hombro a hombro. Un líder necesita seguidores y esos seguidores deben entender claramente el camino y la meta a cumplir.

Mi humilde sugerencia es que empecemos a buscar los seguidores en primera instancia en la alta gerencia, allí donde se toman las decisiones estratégicas, se administran los recursos y se generan las directrices de la organización. Si no contamos con este apoyo y compromiso, el camino hacia la cultura interdependiente será mucho más lento.

Finalmente, sé que se han identificado a medida que han buscado las respuestas a las seis (6) preguntas formuladas en este artículo, que hay puntos comunes o factores comunes, importantes de destacar y estos son:

– La importancia del volcarse hacia el Factor Humano, como eje de la cultura de seguridad.
– El enfoque tradicional de la seguridad es bueno e importante, pero tiene sus limitaciones. – La influencia es más valiosa que el control. – El sistema de gestión será aplicado de forma eficiente y eficaz, si todos en la organización somos conscientes de su importancia, lo conocemos, lo valoramos, estamos comprometidos y somos parte integral de su desarrollo y mejora. – Para lograr cambios en la cultura, requerimos del compromiso de TODOS, dentro de la organización – La seguridad está más allá de los números y metas – La seguridad es un valor personal que nos debe acompañar en todo lugar, momento, actividad, horario etc. – Por último pero no menos importante, la conducta de un ser humano está influenciada por estados, que causan o contribuyen a cometer errores y estos errores aumentan la probabilidad de lesionarnos o lesionar a otros o al ambiente o a los activos de la empresa.

Todos estos elementos los pueden afianzar y mejorar aplicando el proceso estructurado de implementación de la filosofía SafeStart en su organización. Es un proceso de mediano y largo plazo, que demanda recursos de todo tipo. Pero cuando se ven los resultados; como yo lo viví, a la postre, el retorno sobre la inversión nos demuestra que vale la pena el esfuerzo

Sin olvidar que nuestra misión es resguardar la integridad de otro ser humano. Si lo logramos todos los días, créanme que vale la pena el esfuerzo…

Simplemente Volviendo a lo Básico.

Sobre el Autor

Nelson Gutiérrez Bogotá es Ingeniero Industrial especialista en QHSE con más de 15 años de experiencia en Sistemas de Gestión en el sector de Hidrocarburos. Es Consultor y Master Trainer para Iberoamérica de Programas de Seguridad Basada en el Comportamiento y Observación Preventiva. Sus logros laborales incluyen innúmeras certificaciones en las más variadas áreas de la seguridad industrial, así como el desarrollo de diversos proyectos como Safety Coach, Auditor Externo y Consultor en varios sectores económicos incluyendo la Minería, Alimentos, Plásticos, Farmacéutica, Petroquímica, Gas y Petróleo, entre otros. Nelson ha desarrollado e implementado proyectos en grandes empresas a nivel mundial y es un solicitado conferencista internacional.

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