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Deje de Alimentar a Los Monstruos

Érase una vez, en la tierra de los negocios, un joven hombre que se dispuso a libertar el vasto reino de las garras de sus feos monstruos. Los monstruos estaban viviendo el momento de sus vidas creando el caos y amenazando la existencia de su propio reino. De hecho, se habían tornado realmente expertos en sus actos de terror. El temor que provocaban y su descontrolado poder dejaron a muchos casi sin esperanzas de que alguien surgiría para dominar a las bestias.

A medida que las batallas continuaban, el cazador del monstruo se desanimaba. Se dio cuenta de que muchas de las personas que también querían cazar el monstruo, estaban en realidad alimentando a la bestia, y en muchos casos no tenían ni idea de que lo estaban haciendo. Él sabía que no podría hacerlo solo.

Ya era el momento de enseñar a todos a dejar de alimentar a los monstruos. Si quisiera tener éxito, necesitaría todo un equipo de cazadores de monstruos para restablecer la paz en el reino.

Muy bien, esto se lee como a una historia para niños antes de ir a dormir. Sin embargo, la eliminación de los llamados “monstruos” que están destruyendo su negocio y creando lesiones y fatalidades no es un juego para niños.

Mientras que nuestros monstruos del sitio de trabajo pueden asumir muchas formas, hay unos pocos elegidos que están causando estragos en lo que se refiere a la seguridad, la calidad, la productividad y ellos no están ocupados solo cuando vamos a trabajar. Están trabajando 24 horas, 7 días a la semana – en casa y en la carretera. Que es donde la mayoría de los accidentes generalmente suceden (7 veces más fatalidades en el hogar y 20 veces más en la carretera).

En primer lugar, hay que decir que los empleados no son los monstruos. La prisa, la frustración, la fatiga y la complacencia son los monstruos que nos hacen cometer errores. Todos nosotros ya nos hemos lesionado, y sin embargo, jamás tuvimos la intención de hacerlo. Más del 95% de las veces que nosotros simplemente cometemos un error, al quitar nuestros ojos de la tarea o nuestra mente del juego – aunque fuera solo por un momento. Ojos y mente no en la tarea no hace que uno sea una mala persona, pero le hace humano.

La mayoría de nosotros ya hemos cruzado un semáforo en rojo o perdido una señal de alto/pare. ¿Fue por qué queríamos ponernos en la línea de fuego? No. Simplemente no lo vimos. No cruzamos semáforos en rojo o señales de alto/pare deliberadamente. Hemos desviado momentáneamente nuestros ojos de la tarea de conducir y nos pusimos en la línea de fuego, y ahora la gran suerte determinará la probabilidad de un incidente o lesión. Este simple error de no mantener nuestros ojos y mente en la tarea nos conduce a una posible lesión o fatalidad – los monstruos están causando estragos.

Esto es exactamente lo que ocurre en más de un 95% de todas las lesiones graves accidentales. Simplemente no vemos o pensamos sobre el riesgo en aquel momento, aunque seamos plenamente conscientes de la energía peligrosa. ¿Decir a las personas que tengan cuidado les evita lesionarse? ¿Diciéndoles después de los hechos que deberían estar atentos a lo que estaban haciendo sirve de algo? La respuesta es no. La cuestión es que todos necesitamos centrarnos en el por qué lo hicimos en un primer momento.

Esto es lo que me lleva nuevamente a la prisa, la frustración, la fatiga y la complacencia. Estos cuatro estados son los que causan los errores. Nadie parece preguntarse alguna vez por qué desviamos los ojos de la pelota o por qué nuestra mente no estaba momentáneamente en el juego.

Estos monstruos incluso han evolucionado a un punto de alimentarse ellos mismos. Alguien se lastima – y el grupo de gestión se frustra (monstruo). Ellos reúnen a los empleados y promueven una charla sobre la importancia de la seguridad – como si a los empleados no les hubiera importado anteriormente. Esto hace que los empleados se queden frustrados – lo que genera más ojos y mentes no en la tarea y potencialmente más lesiones. En otras palabras, las personas que quieren cero lesiones están en realidad alimentando a los monstruos.

 

Saber lo que está alimentando a los monstruos es bueno, pero saberlo no le va a beneficiar en concreto si no está pensando en ello en el momento en que se encuentra en aquel estado. Cuando usted se da cuenta de que tiene prisa porque llega tarde a una reunión, ¿está usted pensando acerca del riesgo o simplemente en llegar a tiempo? ¿Qué pasa con la cuarta vez en que ha forzado una herramienta para destrabar un tornillo, está pensando sobre el deslizamiento de la herramienta y sobre la potencial línea de fuego? Cuando está cansado, ¿piensa usted sobre el impacto que esto puede tener en su toma de decisiones? Qué pasa cuando se ha hecho un trabajo “miles de veces antes”, ¿piensa usted sobre la complacencia y los problemas que esto puede causar?

Nosotros sabemos que estos 4 estados llevan a los errores, pero ¿qué hacemos al respecto? Necesitamos desarrollar habilidades para manejarlos. Por ejemplo, necesitamos desarrollar habilidades de autoconciencia para que podamos darnos cuenta de que estamos en uno o más de estos estados. Cuando usted tiene prisa, hay que comprender en aquel momento su propensión a causar accidentes y errores lo suficiente como para tomar acciones correctivas.

Por supuesto, cuando usted se da cuenta de que tiene prisa, su primer impulso debería ser el de reducir la velocidad. Sin embargo, si no puede ir más despacio (conduciendo a gran velocidad con un niño hacia una sala de urgencias), se puede utilizar esto como un activador para concentrarse más, manteniendo sus ojos y su mente en la tarea y pensando en la línea de fuego y el equilibrio, tracción o agarre. Esta técnica sencilla ha sido comprobada una y otra vez para evitar que accidentes o errores ocurran. Sin embargo, la autoconciencia es una de las 4 técnicas de reducción de errores críticos que usted puede utilizar para prevenir lesiones y errores (Ver la Figura 2).Tarjeta TREC

Por supuesto que no podemos evitar todos los contratiempos. Todavía podemos sufrir pequeños golpes y contusiones por el camino. Pero lo que podemos hacer es desarrollar nuestras habilidades para ayudarnos a determinar qué patrón de estado que conduce al error estaba presente, y lo más importante, qué técnica de reducción de errores críticos podemos utilizar para prevenir que el error suceda nuevamente. Mediante el uso de estas 4 técnicas sencillas, seguiremos desarrollando nuestras propias habilidades de reconocer los errores potenciales antes de cometerlos.

Lo que me pareció interesante es que estos patrones de estados que conducen a los errores se repiten en el trabajo, en el hogar y en la carretera. Mi experiencia con más de 75 mil empleados en cientos de empresas me dice que estos errores se producen en todos lados. Aunque haya estado en Canadá, en Estados Unidos, en el Círculo Ártico, México y en otras partes del mundo, veo los mismos monstruos llevando a las personas a cometer los mismos errores críticos. La buena noticia es que estas cuatro técnicas van a ser muy eficientes para matar a estos monstruos universales. Si aplicadas de forma consistente, podremos protegernos a nosotros mismos y a nuestro reino.

Sobre el Autor

Con los más de 15 años de experiencia trabajando con empresas de prácticamente todas las industrias, Kevin tiene una vasta experiencia en la implementación de programas de seguridad basada en el comportamiento y de programas avanzados de concientización sobre la seguridad. Ha entrenado y se ha presentado a más de 250 mil gerentes, supervisores y empleados – mejorando la seguridad de cientos de organizaciones literalmente. Kevin es el autor del libro “Quit Feeding the Monsters: Creating a Positive Culture” y habla en docenas de conferencias cada año en América del Norte. Para agendar conferencias con Kevin o para más información, por favor entre en contacto con SafeStart a través del correo electrónico info@ssi.safestart.com.

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