Desafíos que la pandemia ha dejado en la salud mental

Poco a poco estamos viendo y experimentando los diversos desafíos que la pandemia y la crisis han dejado en la salud mental de las personas. Los países y las organizaciones se han centrado mucho en los impactos en el sistema de salud, en la economía, la productividad y la cadena de suministro, entre otros aspectos, pero no se ha hablado con tanta profundidad sobre los impactos en la salud mental.

El planteamiento del problema

Desde este año 2022, las organizaciones deberán invertir el tiempo necesario para reconocer y analizar el problema con profundidad. Aunque las actividades productivas están prácticamente en su línea normal, muchas personas están experimentando como efecto colateral de la pandemia, episodios de frustración, fatiga mental, tristeza, ansiedad, entre otros. Desde la etapa del encierro total, hasta el día de hoy al regresar a las instalaciones de la empresa, incluyendo al grupo de colaboradores que están bajo el esquema de teletrabajo, las empresas no han hecho valoraciones efectivas del riesgo psicosocial y la sobrecarga laboral.

Es muy relevante diagnosticar y valorar los riesgos de este tipo, que puede tener desencadenantes o aspectos contribuyentes como son: las horas extras en exceso, la prisa para cumplir plazos, la falta de flexibilidad laboral, el llevar el trabajo a casa, la disminución en las interacciones sociales, el exceso de reuniones virtuales (fatiga mental), prácticas abusivas y acoso laboral, entre otros factores de riesgo.

En octubre de 2021, fue publicado en la revista científica The Lancet,  el primer estudio que cuantifica el impacto de la COVID-19 en la prevalencia de la depresión y de la ansiedad en la población mundial. Las conclusiones no son muy alentadoras, el estudio hace una comparación con los casos que se habrían dado en un escenario sin pandemia y calcula la diferencia. El aproximado estima 193 millones de casos de trastorno depresivo severo (2.471 casos por 100.000 habitantes) en todo el mundo sin pandemia en 2020. Condicionado por el COVID-19, el análisis revela que hubo hasta 246 millones de casos (3.153 por 100.000 habitantes), un incremento del 28%.

Con relación a la ansiedad, las cifras también se incrementan. Siguiendo la aproximación, se estima que se habrían dado 298 millones de casos de trastornos de ansiedad (3.825 por cada 100.000 habitantes) a nivel mundial en 2020 sin pandemia. Sin embargo, pudo haber unos 374 millones de casos (4.802 por 100.000) durante 2020, un aumento de 26%.

El diagnóstico

Para entender la magnitud del desafío, primero debemos saber qué es “riesgo psicosocial”. De acuerdo con la ISO 45003:2021, el riesgo psicosocial se refiere a: la combinación de la probabilidad de que ocurra una exposición a peligros psicosociales relacionados con el trabajo y la severidad de la lesión y deterioro de la salud que pueden generar estos peligros (ICONTEC, 2021). Estas amenazas están relacionadas con la organización del trabajo, los factores sociales en el trabajo, el ambiente de trabajo, los equipos y las tareas peligrosas.

En virtud de lo anterior, la estrategia debe ser integral, segmentando a la población en los diferentes lugares o centros de trabajo y esto incluye a las personas bajo la modalidad teletrabajo. El objetivo será lograr un óptimo bienestar en el trabajo, entendiéndose éste como “el cumplimiento de las necesidades y expectativas físicas, mentales, sociales y cognitivas de un colaborador vinculadas a su labor” (GTC-ISO 45003:2021).

Una de las fallas recurrentes en la valoración y evaluación, es que vemos el problema de la salud física y mental de una manera separada. Priorizamos la gestión de las lesiones físicas y no abordamos los factores humanos que pueden “desconectar” la mente de la persona y no prestar la debida atención a los peligros del entorno. Dichos factores o estados mentales en los que se pueden encontrar los seres humanos son:  la prisa, la frustración, la fatiga tanto física como mental, la depresión, la ansiedad, el estrés acumulado. Estos factores pueden estar escondidos detrás del ausentismo laboral, las enfermedades comunes y los permisos por incapacidad médica, afectando a las personas, las empresas y a la sociedad misma. El tema de la salud mental al ser un tabú en ciertas sociedades y empresas, hace que el diagnóstico sea más difícil. Aún escuchamos expresiones como: “No traiga sus problemas personales a la empresa”.

Un segmento que se ha olvidado en la valoración y evaluación del riesgo es el personal que está en casa en teletrabajo. Nuestros países no estaban preparados para este desafío y solo se han tomado medidas reactivas al respecto.

Las posibles soluciones

Quisiera plantear o sugerir posibles soluciones, enfocadas en 3 pilares: la persona misma, el entorno familiar, la organización.

La persona misma

El primer paso es que cada ser humano debe reconocer claramente los detonadores de su frustración, prisa y fatiga mental, que influencian su toma de decisiones cotidianas. El programa SafeStart, brinda Técnicas de Reducción de Errores críticos (TREC), que ayudan a la persona a adquirir la habilidad de gestionar estos estados mentales, apenas aparecen, de manera que disminuyan al máximo la probabilidad de cometer errores. Maneje sus propios estados, esa es la única variable que usted puede controlar. El no gestionar sus estados de prisa, frustración y fatiga, hará que se acumulen y lleguen a generar riesgos psicosociales mayores. Como reza el adagio popular, “no espere a la gota que derrame el vaso”.

El segundo paso es determinar cuáles hábitos pueden ser mejorados, afianzados o adquiridos, para prevenir la aparición de esos estados. Algo tan simple como mejorar una rutina o adaptarla a la nueva realidad, puede ser muy útil para disminuir el problema.

El tercer paso es determinar si experimenta otros estados como la depresión, ansiedad, estrés acumulado o sobrecarga laboral. De ser así, inmediatamente pida ayuda. Pedir ayuda inicia con conversar con alguien al respecto (familiares, amigos, jefe inmediato), no tema visibilizar el problema, esto es tan común hoy en día como un dolor de muela o el contagiarse con un virus. Busque ayuda profesional para que lo/la orienten. No caiga en la complacencia al creer que usted puede solo(a) salir de este problema.

El entorno familiar

El primer paso es conversar con los miembros de su núcleo familiar y determinar qué tipos de riesgos psicosociales existen en casa y cuáles serían las posibles causas. Para esto solo hay que hacerse preguntas sencillas como, por ejemplo:

  • ¿Estamos deprimidos por la pérdida de un familiar?
  • ¿Nos está afectando la pérdida del empleo de alguno de los miembros del hogar?
  • ¿Tenemos problemas financieros en este momento?
  • ¿Tengo sobre carga laboral en este momento?
  • ¿Ahora trabajo más desde casa, que cuando estaba en la empresa?
  • ¿Trabajar en casa me genera frustración y estrés por los distractores y las múltiples tareas?
  • ¿Tenemos espacios y horarios específicos, para que todos en casa podamos realizar nuestras actividades cotidianas?
  • ¿Mis relaciones interpersonales en casa no son las mejores?
  • ¿Tengo incertidumbre del futuro próximo?

Solo por citar algunos ejemplos. La lista de preguntas puede ser tan amplia, como la profundidad de su análisis interno lo requiera.

El segundo paso sugerido es que como familia (equipo), busquen las posibles soluciones para abordar la problemática. Si el problema es financiero, probablemente tendrán que reorganizar sus finanzas. Si el problema es depresión por la pérdida de un familiar, busquen ayuda para el manejo del duelo. Si el problema son los distractores y múltiples tareas en casa, organice métodos de trabajo, horarios y espacios. Para resolver esto en casa, solo se requiere voluntad por parte de todos. Buscar un equilibrio entre el aspecto personal, familiar y laboral, es clave para cualquier ser humano dentro de una sociedad.

El tercer paso entonces será, aplicar las posibles soluciones, siempre teniendo en mente y presente el amor de familia y la esperanza de un futuro prometedor. Recuerden que el mejor motivador es su familia, sus seres queridos, su proyecto de vida. Juntos podrán salir de esta coyuntura, fortalecidos como personas y familia.

La organización

El primer paso. Conocer el contexto de la organización en la gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo. El contexto de la organización comprende cuatro elementos:

  1. La comprensión de la organización y de sus generalidades para establecer las variables internas y externas que afectan los riesgos psicosociales.
  2. La comprensión de las necesidades y expectativas de los colaboradores y de otras partes interesadas, por ejemplo, la estabilidad laboral, la interacción y respeto, el apoyo social, el reconocimiento, la recompensa y los logros, etc.
  3. La voluntad de tener un marco de administración ya sea con el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST), la ISO 45003 o con las regulaciones de cada país.
  4. La certeza de que el SG-SST es apropiado, efectivo y pertinente para la realidad de la empresa y así gestionar los riesgos psicosociales, implementando medidas preventivas y correctivas.

El segundo paso, será la participación activa de todos, donde la alta dirección debe estar comprometida en primera instancia. De igual manera, la organización debería consultar a sus colaboradores y sus representantes durante el desarrollo de la política de gestión de los riesgos psicosociales, debido a que esta política puede contribuir a que tanto la alta dirección como los colaboradores comprendan el compromiso de la empresa con la intervención del riesgo psicosocial y cómo éste puede incidir en sus responsabilidades.

Tercer paso, la planificación de la gestión del riesgo psicosocial. Durante la planificación, la organización debería determinar los riesgos y oportunidades a abordar con base en la evaluación de riesgo psicosocial. Además, la organización debería establecer objetivos adecuados, determinar cómo los va a alcanzar, cómo dar cumplimiento a los requisitos legales y demostrar un compromiso con la mejora continua.

Y el cuarto paso sería, la implementación de las actividades para mitigar, controlar y gestionar los riesgos psicosociales. La organización deberá definir y proveer los recursos humanos, financieros y tecnológicos para alcanzar sus objetivos de gestión de dichos riesgos. En este sentido, la empresa, deberá tomar acciones para ayudar a sus colaboradores a adquirir la competencia para implementar las medidas de prevención de los riesgos psicosociales, buscar asesoramiento externo cuando sea necesario y tener en cuenta la demografía y diversidad dentro de la cultura interna.

Conclusión

Las organizaciones modernas, deben hacer un esfuerzo consciente por valorar y gestionar los riesgos psicosociales, que puedan afectar la salud mental de los colaboradores. Si algo nos ha enseñado la pandemia, es que los factores humanos han cobrado mucha más relevancia y la forma como hemos adaptado nuestros entornos laborales para cumplir con las demandas de producción y la prestación de servicios, han generado nuevos desafíos y riesgos que antes no teníamos en cuenta. Por lo anterior es muy importante gestionar estos nuevos riesgos de una manera holística.

Los beneficios serán enormes en el mediano y largo plazo. Mayor productividad, menor ausentismo laboral, menos licencias por incapacidad, menor rotación de personal, mayor compromiso de los colaboradores, aumento de la moral, mejor clima organizacional y por ende mayor efectividad en el cumplimiento de metas, KPI’s y demás indicadores del desempeño.

Documentos de referencia:

https://www.youtube.com/watch?v=hZlpFAo2-w4

www.safetya.co/bateria-para-evaluar-el-riesgo-psicosocial/

Revista Lancet

Nelson Gutiérrez Bogotá

Consultor, Master Trainer SafeStart y Ponente Internacional